fernandonietocadenaDUROCONELLAfernandonietocadena

Siempre me lamento descubrir tardíamente escritores sólidos que por circunstancias del destino escogen vivir en lugares alejados de las vociferaciones de la vida, de las celebraciones anodinas (para con ellos), que eso es bueno, lugares que también desdeñan o no valoran lo que escribes si esto no se parece a lo que tradicionalmente conocen como poesía. Se instalan sin otra pertenencia que un pequeño equipaje y una maleta repleta de buena voluntad y le dan rienda suelta a la vida, a la pluma, no requieren de más, lo que hay que decir lo traen acumulado de años. Así me imagino parte de la odisea de Fernando Nieto Cadena, escritor ecuatoriano que desde el 78 reside en México y no sé desde cuando en Villahermosa, Tabasco, donde lo conocí hace poco más de un mes. Intercambiamos unas cuantas palabras y al final de las celebraciones universitarias me regaló Duro con Ella, un poemario esplendido editado por la UJAT en el 2003. Lo imagino desde acá, desde esta frontera, sin mortificaciones tomar su tiempo, dar talleres, escribir introitos para catálogos, charlar y pensar sin tapujos, beber, pasarla bien (en la medida de los raquíticos salarios que se pagan por la literatura) y es probable que por las noches calurosas o lluviosas se deje llevar por la nostalgia, la alegría, los placeres, las convicciones y los golpes duros que da la vida, y escriba poemas, sin otro compromiso que su franqueza. Queda de ello, una larga lista de palabras que eslabonadas conforman sendos poemas indóciles, cachondos, irrespetuosos, lúdicos y brutales, adjetivos para nada advenedizos, que se aplican perfectamente a cada uno de esos escritos rotundos y para muestra, éste fragmento de Hubo un tiempo para decirle adiós a todo lo que amas:

Lo reconozco
No sé decir adiós ni siquiera a lo que más amo
Leo los diarios en espera de encontrarme con las noticias de mi muerte
¿me duele no morir?
No sé se mueren mis amigos
Sin darme cuenta los recuerdos empiezan a ser mis epitafios

Otros más de Ayer sólo soñé la mitad ciega de mis naufragios:

Que importan mis recuerdos si ya olvidé todo lo no vivido
Todo lo que he muerto
[…]
Rescribo lo único que me sobra son recuerdos de todo cuanto quise ser.
[…]
Si deseché el desamor si escamoteé sus agresivas contorsiones de nostalgia fue para no avergonzarme de ser triste.

Habrá que leer Duro con ella, lástima del escaso tiraje que hizo la universidad, por ello difícilmente salen del ruedo provincial y el anonimato (que de esto último Fernando Nieto Cadena no es nada, ha publicado: (relatos) Si quieren los vuelvo a escribir, 1971, (poesía) Tanteos de ciego al mediodía, 1971, A la muerte a la muerte a la muerte, 1973, De buenas a primeras, 1976, Somos asuntos de muchísimas personas, 1985 (Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade, Quito, Ecuador) y De última hora, 2003).