Thursday, May 05, 2016

ALOSCANDIDATOSDETIJUANA-2017-2019


A los Candidatos por la Alcaldía de Tijuana (2017-2019)

Nuevo Gobierno, otras expectativas, y no más de lo mismo.

Hago esta reflexión como fruto de mi experiencia en el ámbito artístico de Tijuana, ciudad en la que vivo desde hace más de tres décadas, en la que he sido participe y testigo −al igual que un número importante de creadores− de su evolución; hoy ya un espacio reconocido como meca cultural en otras latitudes del orbe.

Reflexión que tiene como fin, sumarse a otras propuestas con las que seguramente se conformará un amplio pliego de inquietudes y sobre todo, anhelos por que se considere la cultura artística parte indispensable de la integridad del individuo y por tanto del desarrollo social, y no una actividad únicamente lucrativa y lúdica que distrae y divierte y que tristemente forma parte en las últimas líneas de los programas de gobierno porque parece no haber otra alternativa o porque se desconoce sus enormes alcances de beneficio social.

Vivimos en una ciudad estigmatizada por los medios masivos de comunicación que culturalmente ha demostrado al mundo, con el esfuerzo independiente de sus creadores, la otra cara de su realidad y es la que quisiéramos ver reflejada también en sus programas de gobierno, no como el rubro incómodo porque económicamente no reditúa, sino como la prenda que viste, que da dignidad y orgullece, porque visibiliza la capacidad propositiva de los habitantes honestos y productivos, porque así también devela desvíos y acciones de ciudadanos y funcionarios corruptos, de empresarios preocupados únicamente por incrementar su capital, y ventila la inconformidad del accionar populista de gobiernos deshonestos.

El IMAC debe ser la plataforma que atienda y fomente nuestra cultura tradicional, pero también el lugar que promocione su cultura artística y no solamente en los muestrarios de sus espacios expositivos sino en la difusión de sus valores más allá de la frontera promoviendo el arte poco convencional y de calidad que se produce (no el que decidan Ustedes), el que merece difundirse por los alcances logrados en lo propositivo y significativo de sus propuestas.

De ahí que nos preocupe de este nuevo gobierno, saber a quién le otorgará la responsabilidad de dirigir la institución cultural; que por supuesto jamás deberá ser el que decidan ellos, menos aquel que se designa como pago de la factura pendiente por su incondicionalidad o el que peca de culturoso porque alguna vez fue a una exposición, leyó algún libro o compró alguna obra de arte, menos aún el amigo o el pariente por el solo hecho del lazo que los une; eso ya hemos visto que no funciona y son la causa de la mediocridad que representa la institución. Por tanto, la lógica exige que quien asuma esa responsabilidad deberá ser el producto del consenso de la comunidad cultural, la que seguramente otorgará su confianza al que esté mejor preparado culturalmente, al que conozca la realidad cultural del contexto y haya mostrado su compromiso por mejorarla, al que decidirá junto con su consejo consultivo que programas apoyar, que proyectos difundir porque así conviene a la comunidad; alguien de probada honestidad que vea a la institución no como una alforja de oportunidades para el lucro y el lucimiento; sino como una responsabilidad para mostrar al mundo que a Tijuana la caracterizan otras cualidades.

Este es el mejor momento para que tú como candidato a la alcaldía demuestres la envergadura de tus principios y el compromiso real con tu ciudad y su gente; la cultura, -y aseguro que no es demagogia-, puede ser tu mejor aliada no la desaproveches, menos aún la  menosprecies.

Roberto Rosique