Wednesday, September 05, 2012

Apuntes para descubrir el cosmos del fractal

Apuntes para descubrir el cosmos del fractal
Homenaje a Benoit Mandelbrot ofrecido por Roberto Rosique

Ad perpetuam rei memoriam
(Para perpetuar el recuerdo de la cosa)


E
n la discusión acerca de los orígenes de la concepción obra de arte, cuánta razón tuvo Gombrich al rechazar los esquemas representacionales en los fundamentos de la realidad visual, pues, como acertadamente observa, “si la ciencia no deriva sus hipótesis por inducción de las observaciones sino lo hace por medio de una intuición creativa probada”, entonces, por la observación el artista “no empieza con su impresión visual sino con su idea o concepto de esa  realidad” En la pintura –crear- es anterior a imitar, de la misma forma que la teoría antecede a la observación en la representación científica.

─El mundo de la ciencia nos muestra que no es necesario imitar al mundo que nos revelan nuestros sentidos, por tanto habrá que especular que la pintura también sea un sistema de estrategias aprendidas para hacer representaciones cada vez más exactas─. Este concepto fue el detonador de las nuevas propuestas acerca de la idea del arte.

En el cosmos de la naturaleza, ésta, la Naturaleza, posee una dialéctica análoga: cuando “al mirar el mar, una Montaña, vagar entre los árboles de un bosque o en la entrada de un valle, nuestra primera sensación es la de extrañeza o separación”. Esta observación que hace Octavio Paz en un esfuerzo por representar –poesía- como consecuencia de la obra, entonces, dice: “Nos sentimos distintos”. La clave está en cierto modo en la fuerza dialéctica de la realidad.

 El mundo natural (siguiendo a Paz), de manera constante, se nos representa algo ajeno, dueño (lo extraño) de una existencia propia.  Esta experiencia paulatinamente parece evolucionar hacia un alejamiento que se transforma pronto en hostilidad. A medida que transcurre el tiempo reconocemos como si cada rama del árbol   o cada ola, o cada grano de arena hablara un lenguaje que no entendemos; en cada espesura nos espía un par de ojos; criaturas desconocidas nos amenazan o  se burlan de nosotros como también puede ocurrir lo contrario (aquí está la clave de la fascinación): la Naturaleza se repliega sobre sí misma y el mar se enrolla y se desenrolla frente a nosotros indiferente; las rocas se vuelven aún más compactas e impenetrables, el desierto más vacío e insondable. En un estado emocional especial, imperceptible, genera la idea que somos nada frente a tanta existencia cerrada sobre sí misma. Y de este sentirnos nada, pasamos, si la contemplación se prolonga y el pánico no nos embargó, al estado opuesto: “el ritmo del mar se acompasa al de nuestra sangre; el silencio de las piedras  es nuestro propio silencio; andar entre las arenas es caminar por la extensión de nuestra conciencia, ilimitada como ellas (las arenas, las piedras y las hojas); los ruidos del bosque nos aluden” (O.P.). Todos formamos parte de todo. El ser emerge de la nada. Un mismo ritmo nos mueve, un mismo silencio nos rodea. Los objetos mismos se animan y como dice hermosamente el poeta japonés Buson:

Ante los crisantemos blancos
las tijeras vacilan
un instante.

Ese instante (silencio) revela la unidad del ser. Todo quieto y todo en movimiento. Ese silencio, la muerte, no es algo aparte: es, de manera indecible, un grito, es la vida.

La revelación de nuestra nadería nos lleva a la creación del ser -la poesía-. Lanzado a la nada, el hombre se crea frente a ella. (O.P.)

La experiencia poética es una revelación de nuestra condición original. Y esa revelación se resuelve siempre en una creación: la de nosotros mismos. La revelación no descubre algo externo, que estaba ahí, ajeno, sino que el acto de descubrir entraña la creación de lo que va a ser descubierto: nuestro propio ser…nuestra condición original  no es sólo carencia ni tampoco abundancia, sino posibilidad.

Roberto Rosique, artista que entró a la vida en el alucinante ambiente del estado de Tabasco, se formó científico al tiempo que se hacía consciente de la importancia de la manifestación sensible, intuitiva y recreativa, problema que resolvió su mirada mirando en un principio como de soslayo para hacerse luego pasión a  la creatividad artística, especialmente la pintura, la escultura y por añadido la instalación y otros recursos electrónicos actuales, se hicieron posibilidad. En ambos sentidos, la ciencia de la medicina en el ámbito de la oftalmología pediátrica como la artística, se ha expresado Roberto de manera por demás destacada. Una le ha llevado a la otra, por ejemplo la importancia de los sentidos y su sentido científico con la matemática y la geometría, como base del dibujo, lo han colocado en un proceso de maduración expresiva y que no ha extrañado esta influencia en el desarrollo de su creatividad, lo que  en algún modo se explica por su cercanía a quien dedica hoy su trabajo: la fractalidad, la naturaleza, los complejos algebraicos y la sensibilidad creativa, Benoit Mandelbrot. Quien en cierto modo, buscó la posibilidad de descubrir el secreto de la poesía de la vida mediante el recurso de explicación matemática, como lo buscó Noam Chomsky con su Gramática Generativa con el lenguaje.

Buscando la naturaleza de la línea recta como ente geométrico, al pensarla como constituida por puntos,  al mismo tiempo que como problema aritmético, se convirtió en un proceso obsesivo de discernimiento, y que derivó en el llamado Conjunto de Mandelbrot. La integración de ambos campos fue luego uno de los mayores éxitos de Richard Dedekind y Georg Cantor autores de la teoría de los números reales, ambos percibieron que en el bosque de ese logro se encuentran, de hecho, numerosos objetos geométricos extraordinarios, locos, estrafalarios, con curvas - de hecho líneas de una dimensión - que rellenaban espacios de dos dimensiones; allí habitan, paradójicamente, curvas que tienen una buena conducta, esto es, bonitas y continuas, sin pendiente en ningún punto. Estos objetos eran tan estrafalarios que los matemáticos empezaron a exceptuar estos monstruos y dejados de lado como demasiado extraños para ser de interés. Su consecuencia fue: La teoría de la geometría fractal. Una nueva geometría con tanto sistema y generalidad como la Euclidiana y una nueva ciencia física.

Benoit Mandelbrot (20 de Noviembre de 1924 en Varsovia, Polonia), reveló cómo los fractales pueden surgir en muchos lugares diferentes, tanto en matemáticas como en cualquier lugar de la naturaleza. Las incursiones de Mandelbrot en tantas ramas diferentes de la ciencia no eran accidentales, la teoría general que había proporcionado, estaba presente casi universalmente en la Naturaleza. Reconoció el paradigma de abrumadora uniformidad con la que los físicos matemáticos han intentado describir que la Naturaleza es radicalmente deficiente e incompleta. Fractales y pre-fractales, una vez percibidos, están en todas partes.

“Ocurren en fisiología, en el crecimiento de las células mamarias. Lo crean o no [...] ocurren en los jardines. Observen de cerca y verán una diferencia entre las cabezas de las flores de brócoli y de la coliflor, una diferencia que puede caracterizarse de forma exacta con la teoría fractal”, conviene Mandelbrot.

Todos los fractales tienen algo en común, ya que todos ellos son el producto de la iteración,  de un proceso geométrico elemental que da lugar a una estructura final de una complicación aparente extraordinaria. Es decir que cada porción del objeto tiene la información necesaria para reproducirlo todo, y la dimensión fractal no necesariamente entera.

Acuñó (Mandelbrot) la palabra fractal ("fractus"-latín): frangiere, significa romper, crear fragmentos irregulares. Paradójicamente, los fractales son una idealización, los objetos reales no tienen la infinita cantidad de detalles que los fractales ofrecen con un cierto grado de magnificación. A menudo son semejantes a sí mismos; poseen la propiedad de que cada pequeña porción del fractal puede ser visualizada como una réplica a escala reducida del todo. No tienen dimensión uno, dos o tres como la mayoría de los objetos a los cuales estamos acostumbrados, tienen una dimensión que no es entera, ni uno ni dos, pero muchas veces entre ellos. ¿En qué consiste, pues, el Conjunto de Mandelbrot? Es, sencillamente, el conjunto de todos los puntos (a, b) que dan lugar a rutas o trayectorias acotadas. Este conjunto determina un sólido continuo situado en medio del plano, pero envía filamentos que penetran en sus alrededores con formas sumamente sutiles y complicadas El arte fractal es creado calculando fractales y representando el resultado calculado (el fractal) en una imagen, animación, música u otro tipo de "medio". del Conjunto de Mandelbrot, descubre uno de los objetos geométricos más admirados y estudiados de cuantos existen. Esta aplicación extremadamente bella de las Matemáticas nace en 1975.Un ordenador y unas complejas fórmulas aritméticas actúan como tela y pincel.

Así, hoy, no es gratuito que Roberto Rosique, nos presente esta delicada colección de imágenes sugerentes de una manifestación científico-artística y que representa el histórico encuentro entre dos procesos -la ciencia y el arte-, que muestran de cuerpo entero la naturaleza del ser humano en su dimensión de los procesos de la razón y la intuición, su proceso de búsqueda de explicaciones a su mundo de la realidad y el encuentro con las paradojas que caracterizan esa realidad y sólo ha sido posible visualizarlas mediante la creación artística, en el caso de Roberto, su propuesta plástica tiene como cómplice a las formas más avanzadas de la tecnología electrónica, de las que obvia en materia pero no en expresión, llevadas ad usum, por el artista con su propia mano recreadora.

La verdadera dialéctica de la realidad está metaforizada en esta colección de imágenes, la complejidad de la textura confrontada con la tersura de la geometría, el binomio regularidad frente a la disciplina del plano,   el encuentro y desencuentro del trabajo de la naturaleza, confrontado por la expresión matemática de su esencia, la representación geométrica vuelta creación del autor. Si bien esa doble expresión, la del material geométrico y del material diseñado por Roberto para representar a la naturaleza transformada en color y textura, expone las contradicciones existenciales entre naturaleza y ciencia, solamente entendidas por la intuición del arte. Hay en ese encuentro de verdad-ficción una consolidación tal que el resultado es expresión visual resuelta en forma de poesía.

Bien ha entendido Rosique la comunión naturaleza- ciencia y naturaleza- arte.




Enrique Trejo Moreno
Abril del 2012