Tuesday, December 16, 2014

?QUECENARANESTANAVIDAD?

 ?Qué cenarán esta Navidad las familias de los 43 desaparecidos y asesinados de Ayotzinapan?


La fiebre y el paroxismo de las fiestas navideñas se han adueñado de este México saleroso y el mundo celebra desaforadamente entre la indiferencia y el importamadrismo, que aun cuando es lo mismo, para los mexicanos, lo segundo tiene otras connotaciones. Los días amargos de la barbarie cometida contra estudiantes en Ayotzinapa está quedando en el olvido de este país con memoria de teflón. Comeremos pavo, jamones, quesos, tamales, mole, romeritos, tacos, barbacoa, guacamole y todo lo que se nos ocurra; en Los Pinos, la Cena del 24, será sin duda opípara, sobrada de vinos y licores. Los regalos en la casa de los humildes (una forma elegante de decir miserables) estarán ausentes; en las casas de la clase media serán de cosas insulsas, baratijas chinas y ropa de segunda; en la clase media acomodada será de celulares, pantallas de plasma y juegos electrónicos, y en Los Pinos, sin duda sobrados de donativos de lujo, casitas blancas, Jaguares y Mercedes. Nada de esto es novedad para este México futbolero, ignorante y pobre, que vive su vida como una frívola telenovela pinchurrienta de Televisa o Tv Azteca.
Aun con todo esto a cuesta, y la desvergüenza que acarreamos desde hace un chingo de años por ser un país conformista y timorato, no debemos olvidar lo sucedido en el 68, Aguas Blancas, Tlalaya, Ayotzinapa y tantos lugares más, donde la dignidad fue  pisoteada y la vida de inocentes arrebatada por el sólo hecho de reclamar lo que es justo, lo que es de ellos y alzaron la voz para sacudirse un poco la impotencia y el cansancio de vivir servilmente. Asesinados todos sin que alguno de los culpables (POLICIAS, EJERCITO y GOBIERNO) pagaran por los exterminios. Es lo que NO DEBEMOS OLVIDAR, y aunque parezca cliché para algunos, la dignidad es lo único que queda de esta sociedad mocha, corrompida y gris; mantengámosla en alto como un bastión de esperanza para cuando despertemos de esta somnolencia soez.
Si en esta Navidad hay humor todavía para celebrar algo (que importa la religión), hagámoslo pensando en estas familias que lo perdieron todo (sus hijos, esposos y hermanos) y en la Negra Navidad que tendrán que pasar las consciencias pútridas de los culpables, (aunque oculten su indiferencia entre risas, coca, alcohol y regalos ostentosos), para ellos, como dicen en mi pueblo, que CHINGUEN A SU MADRE.


Roberto Rosique

Tuesday, December 02, 2014

PINTOR EN EL OLVIDO. Rosendo Méndez.




Rosendo Méndez

(Enrique Estrada, Zacatecas, 1935- Ensenada, B.C. 2014)

Lamento sinceramente la muerte de uno de los pioneros de la plástica en Baja California, ROSENDO MÉNDEZ,  su obra pudimos apreciarla en la muestra Los 70s. en el Cubo del CECUT. Que durante la investigación para recabar su obra descubrimos su precaria situación física y su lamentable situación económica, arrumado en una colonia paupérrima de Maneadero en Ensenada, en completo abandono lamiendo sus heridas y tristeza, sólo recordando las glorias con sus amigos que jamás voltearon a verlo, que dejaron de hablarle porque ya no era posible sacar nada bueno de él, asi pintores “amigos”, compradores de sus obras y oportunistas que incluso se quedaron con muchos de sus trabajos lo olvidaron. Una lamentable situación común en estos parajes fronterizos.

 Un artista que muere solo, en el olvido y la pobreza, ignorado por sus “amigos íntimos", quienes jamás fueron capaces de visitarlo en su estado de desgracia. La vida es dura, pero en situaciones como estas demuestra que a más de dura es cabrona, cruel y desagradecida. Mañana lloverán alabanzas y recuerdos de una amistad falseada, se harán homenajes a destiempo, y se ensalzará su trabajo por encima de cualquiera.

El oportunismo es lo que queda de estos casos y eso está de la chingada.

Descanse en Paz Rosendo Méndez.

 

UNAS PALABRAS PARA LA OBRA DE ROSENDO MENDEZ

                Un artista que anclado en la representación y fuertemente influenciado por la Escuela Mexicana de Pintura realiza una obra vasta, encara muros, explora la tridimensionalidad con la piedra y apuesta por la obra de caballete de la que emergen alegorías, mitos y en ocasiones trasminan, por igual, preocupaciones vanguardistas.



La fuerza de sus figuras afianzadas en el expresionismo deja a un lado el rigor de la academia y se explayan en una libertad que a veces titubea con el dibujo pero se compensa en el color. De sus temas diversos con frecuencia sobresalen los influjos prehispánicos y los ideales del nuevo mexicano producto de la independencia y la revolución; esa nueva “raza cósmica” que Vasconcelos vislumbraba en los habitantes de las excolonias de España y Portugal (Iberoamérica), cuyos factores territoriales, raciales y espirituales sentarían las bases de una nueva era universal de la humanidad. Se asoman también preocupaciones del contexto y de su intimidad.
 

Un autor que se aleja de esta rocambolesca metrópoli en los noventas para continuar su caminar en la plástica, a un ritmo más pausado, en Ensenada, Baja California.