NEUROARTES 3

3. No podemos iniciar nada si no es a partir de nuestra propia experiencia.

Si nuestra experiencia es la herramienta que nos permite construir nuestra realidad, no podríamos, por lo mismo, iniciar nada si no es a partir de nuestra propia experiencia.
Muchas veces iniciamos la construcción de una obra (de arte) sin que medie una reflexión previa, nos dejamos llevar por la emoción de la plasta o del embarre del color sobre el soporte, de la línea libre que va a conformar después un dibujo reconocible, ese acto inicial que como detonante concluirá en una obra; aparentemente surge de la nada, como en la generación espontánea y lo justificamos con el término de inspiración. No consideramos necesario justificarlo de otra manera, sin embargo, no lo hacemos porque carecemos de la información suficiente para descifrarlo. Pero si aceptamos que nuestra realidad subjetiva abreva en la experiencia para conformarse como tal, no podríamos, por tanto, iniciar nada si no es a partir de nuestra propia experiencia. Esa improvisación inicial deriva de algunos sucesos ocurridos a lo largo de nuestra vida.