Thursday, June 21, 2007

Representacionespolifacéticasunasomoalaobraescultoricadesebastianbeltran


¿Dónde ubicar y cómo leer las obras de Sebastián Beltrán? serían tal vez unas de las primeras interrogantes generadas por estas piezas polifacéticas, distintas y propositivas. Está claro que las clasificaciones suelen ser limitantes y a veces hasta coercitivas, las propuestas de éste artista no requieren, para su validación, de categorizaciones, sin embargo es el volumen, la tridimensionalidad lo que irremediablemente las sitúan en el campo de la escultura, con el entendido que ésta puede ser una codificación relativa. Dado que no existe un patrón técnico, temático ni conceptual, con la salvedad de los títulos (que la más de las veces te facilita el camino para la elucidación), las lecturas de estas piezas están subordinadas al placer de la contemplación, la diversidad de interpretaciones que sugieren es una cualidad inherente de las mismas.
Las obras iniciales que recuerdo de Sebastián realizadas en su mayoría con piedras o cemento y metal, tenían un especial distintivo y la manera en que las diferenciaba era con el trato que le procuraba al cemento, las acertadas incrustaciones de metal y su pulimento, lo que les confería cierta vitalidad que desafiaba a la pátina (ésta como insinuación de envejecimiento) obtenida por los ácidos. Piezas que oscilan entre proposiciones biomórficas y neofiguraciones (Cráneo, Ballena, etc. 1998), que hacían entrever a un artista encarando la escultura con naturalidad, sin compromiso con los esquemas del arte conservador.
Existe un periodo posterior en que la influencia del escultor Antonio Nava, se manifiesta favorablemente en sus trabajos, al igual que Nava, contrapone o más bien entabla un diálogo entre la piedra y el agua, alcanzando obras de gran sutileza (Floacústica, Caparazón, Criatura, 1998). Haré alusión a una frase con la que describí años atrás algunas esculturas de Nava, que conserva el mismo sentido para estos trabajos de su discípulo: El contacto generoso, armónico, del agua con la roca evoca inevitables momentos placenteros e indescriptibles sentimientos sosegados2.
El desinterés por lo académico, la exploración constante con métodos no convencionales, la búsqueda e inclusión de nuevos materiales, todo ello alejado de la alegoría histórica, hacen de las obras de Sebastián Beltrán un paradigma de la escultura contemporánea, que si bien emplea en algunos casos componentes tradicionales (piedra, cemento, metal, madera, etc.), los manipula de tal modo, que los desliga de la figuración convencional formulando nuevas representaciones. Sebastián es eminentemente un artífice que no se conforma con recuperar, construye objetos para enfatizar sus cualidades matéricas y en otras ocasiones proponernos un concepto.
Incluye más tarde entre sus componentes el aluminio, la cera, el poliuretano, el silicón, el corian, etcétera. Las formas se diversifican, el ingenio discurre entre la ironía, la formalidad y la sobriedad, dando lugar a obras que en su mayoría parece no preocuparles narrar historias, con títulos que muchas de las veces sólo refuerzan la forma del objeto representado (Branquial, Cascarón, 37°, Crustáceo, etc.).
Las fluctuaciones que encuentro entre la teatralidad trasgresora del arte minimal y la inobjetable recuerdo de obras primigenias de la abstracción excéntrica son las evocaciones iniciales que surgen al enfrentarme a los trabajos más recientes de este artista. Por un lado la esencialidad de algunas piezas como Reflex, las estructuraciones geométricas de otras más y por otro lado, los componentes vitalistas y sensuales que a veces descuellan en lo exótico que distinguen a otras obras (Branquial, Nido Chip, etc.), correlación que de ninguna manera deberá leerse como restricción o encajonamiento en estas propuestas, sino, únicamente como referentes que nos acerquen a la lectura para un mejor entendimiento y disfrute de las obras. Trabajos que descubren a un artista versátil que no tiene empacho en hacerse de cualquier elemento para expresarse.
Es pues Sebastián, un creador que hace transcurrir su producción artística en una permuta constante, en donde lo contingente puede ser solamente el inicio de un trabajo, el que concluirá, después de razonadas sesiones de ejercicio pertinaz.
Hay un sendero extenso, aún pendiente por recorrer donde se definirán otras propuestas, pero la ruta perfilada por Sebastián Beltrán hasta el momento, augura un devenir fructífero. Que sí sea.
Tijuana, B. C., 2007.Posted by Picasa

No comments: