Thursday, April 05, 2007

TIJUANAREALTIJUANAREALTIJUANAREALTIJUANAREAL

FRONTERAS ABISMALES
mixta sobre papel
TIJUANA ciudad creativa
(entre las paradojas, la subsistencia y la creación)

Entender el fenómeno social de esta ciudad facilita la comprensión del arte que aquí se produce. La riqueza cultural de esta zona es el fruto de la conjugación de innumerables factores, entre los que destacan los intensos flujos migratorios, el intercambio sociocultural y económico con Norteamérica y sus contrastes abismales; el multiculturalismo de su explosivo crecimiento poblacional, la imagen agreste de ciudad del vicio y narcotráfico, la capital de las maquiladoras, la metrópoli del reuso y una decena más de calificativos que a la suma de todo ello, de una u otra manera, resultan factores que inexorablemente estimulan los procesos creativos y de algún modo particularizan el arte producido en la región.
Tijuana es una ciudad compleja, efervescente y controversial, en muchos aspectos, con una gran riqueza cultural en el sentido amplio del término y una pobreza marcada de infraestructuras culturales. “Ciudad que posee un intenso tránsito transfronterizo que refiere a diversas formas de interacción social, que cotidianamente define sus vínculos comerciales y afectivos”(Valenzuela). “Ciudad diversa, heterogénea, inclusiva, abierta, flexible, cambiante, con una sociedad orientada al presenta y al futuro con poca conciencia del pasado” (Iglesias), con un desarrollo urbano desordenado, propiciado por su veloz crecimiento y la ausencia de reglamentaciones urbanísticas que lo moderen y enriquezcan, que crece a un ritmo vertiginoso. “3.5 Hectáreas por día, donde cerca del 50% de las casas de la ciudad fueron construidas con materiales de desecho procedentes del vecino país del Norte y únicamente el 30% de las viviendas han sido edificadas por un profesional de la construcción”. (Iglesia). Un dinamismo económico apoyado en el florecimiento de las maquiladoras, (más de 600, entre registradas y clandestinas) sustentado éste por una mano de obra barata o mal pagada y un fuerte intercambio comercial y turístico entre los dos países (más de cuatro millones de estadounidenses visitan por año esta ciudad y otro tanto de tijuanenses consumen artículos diversos en el país vecino). Es una de las ciudades con menor índice de desempleo en Latinoamérica, con un ingreso per capita 5 veces menor que el de San Diego. Ciudad con la mayor cifra de farmacias en el mundo y otro número inimaginable de hospitales, consultorios médicos y dentales. Urbe donde la prostitución y el narcotráfico se han asentado y expandido sin dificultad por la fuerte demanda de estas actividades en la unión americana, el impactante incremento en el consumo de drogas en la población tijuanense joven, crecimiento favorecido por la anuencia y participación de algunos sectores corruptos de los gobiernos y la manifiesta indiferencia por una gran parte de su sociedad. Ciudad que posee más bares y cantinas (superan el centenar)1 que escuelas de educación básica y en aparente rivalidad muestra un incremento inusitado, en los últimos diez años, de Universidades (más de 30)2, de entre las cuales únicamente la Universidad Autónoma de Baja California y el Instituto Tecnológico de Tijuana pertenecen al estado y el resto a la iniciativa privada, de entre ellas un numero reducido cuentan, para su adecuado funcionamiento, con la reglamentación y acreditación que exigen las normas de la ANUIES (Asociación Nacional e Instituciones de Educación Superior). Población fragmentada por contrastes lastimosos perfectamente demarcados entre riqueza y pobreza, ésta última afectando al 80% de sus habitantes. Ciudad delimitada al norte por un estigma: el muro denigrante que divide a México con los Estados Unidos, testigo y personaje también de un espacio cuya fisonomía configurada absurdamente por mártires, jueces y verdugos, protagonizan un teatro cotidiano en el que impera la fuerza, la violación de derechos, la represión, el abuso y la indiferencia. Ciudad con un crecimiento explosivo. En los años cincuenta superaba apenas los 60.000 habitantes (Piñera); medio siglo después en el censo oficial del 2000 se habla de un millón y medio, aunque en realidad debido a su enorme población flotante, imposible de registrar, debe rebasar los dos millones. La enorme economía del desecho (el reciclado de productos norteamericanos usados: automóviles, artículos eléctricos, llantas, ropa, materiales para la construcción, etcétera, etcétera) origina una singular cultura del reuso. Son todos estos intensos procesos de transculturación, ingredientes ligados fuertemente al proceso creativo de los artistas de esta ciudad.
El evidente progreso del arte bajacaliforniano observado en los últimos años va en concordancia con el acelerado desarrollo social y económico de la región, con las enormes discrepancias y beneficios mutuos con su país vecino y la aportación pluricultural proveniente de los acelerados flujos migratorios. Así pues, las etiquetas impuestas a Tijuana de ser uno de “los siete emporios del pecado en el mundo”, según una empresa estadounidense de turismo sexual (Monsivais), o “una de las nueve futuras mecas mundiales del arte y la cultura” (Newsweek) sumadas a la andanada de adjetivos turbios y generosos empleados para identificar a una de las escasas, sino la única, ciudad del orbe con copyright para el uso de su nombre, acrecientan la imagen mítica que como caldo de cultivo favorecen a los procesos creativos, comprobados por el surgimiento de proyectos definitorios y controversiales como inSITE, Salón Internacional de Estandartes y Tijuana la Tercera Nación, entre otros, que han incrementado el interés por el acontecer cultural de la frontera. y que a pesar de las carencias de espacios culturales, la pobreza de un mercado local para el arte y la ausencia de una crítica especializada para el mismo, entre tantas cosas más, se ha ido conformando, al paso del tiempo, un arte plural, incluyente y ambicioso, congruente al dinamismo social en que se desarrolla. El arte tijuanense, venturosamente, reitero y finalizo, es un reflejo puntual de esta ciudad caótica, desvergonzada, enérgica y generosa.


_ Valenzuela Arce, José Manuel, Tijuana ¿La Tercera nación? Pastiches y palimpsestos, del catálogo Tijuana la Tercera Nación, editorial Santillana, S.A. de C.V., México, 2005, p.19.
_ Iglesia Prieto, Norma, Tijuana Impulso creativo en contexto trasfronterizo, catálogo de Tijuana la Tercera Nación, editorial Santillana, S.A. de C.V., México, 2005, p. 71.
_ Ibidem, p.74.
_ 1 Datos extraídos de la sección amarilla del directorio telefónico de la ciudad de Tijuana, (2006).
_ 2 ibidem.
_ Piñera Ramírez, David y Ortiz Figueroa, Jesús, “Panorama de Tijuana”, capitulo XV, tomo I, Historia de Tijuana UABC, Centro de Investigaciones Históricas UNAM-UABC, segunda edición, Mexicali, B.C., 1989, p. 142.
_ Monsivais, Carlos, De las patrias mías (Donde el arte por su cuenta reelabora las identidades), p. 44.
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