Querida Beatriz, leer tu nota hace imposible esconder la cara y no decir lo que pensamos y sentimos.
Transitamos sobre el primer tercio del siglo veintiuno y algunas forma de pensar y actuar en ciertos personajes de la sociedad, lideres de asociaciones culturales o sociales (además) te remiten inevitablemente a oscuros periodos medievales, tal es el caso del señor Daniel Gerardo García Valenzuela coordinador operativo del Consejo Cultural Ciudadano de Sonora (a quien no conozco ni me interesa conocer) quien pide, a través de un documento titulado preocupadamente: “Por el bien de la cultura sonorense” firmado por el Consejo Cultural referido, la destitución del cargo que desempeñas como directora del Instituto Cultural Sonorense por “padecer de una delicada y peligrosa enfermedad” y que desde un acto benevolente solicita te separes del cargo pues desde su óptica médica “requieres de reposo y atención permanente, rogándote […] continúes tu tratamiento especializado como debe hacerse en estos casos por el bien de su salud…”. Una acción que bajo la aparente buena voluntad, sin un argumento con sentido, pide desaforarte del cargo. Un acto que es difícil no etiquetar de canalla y oportunista.
Es un texto que requiere guardarse en los anales de las estupideces del hombre; una penosa petición que deja toda lógica de humanidad fuera, y por lo que se lee, no tiene argumentos para invalidar tu función pública, por ello -suponemos- recurre a esa lógica intolerante e insensata; no podría entenderse otras intenciones pues una persona que, pese a su condición de salud que vivió, de haber cursado por uno de los momentos más difíciles de la vida y haber superado toda la odisea de un tratamiento invasivo y brutal, demuestra en su convalecencia un alto grado de responsabilidad para continuar cumpliendo con la responsabilidad contraída con la comunidad cultural y la comunidad sonorense en general; es imposible no verlo como un acto memorable que demuestra la fortaleza de ser humano, de mujer comprometida; la que habría de aplaudir y reconocerse en su entrega como servidor público. No hay razón alguna para no reconocer tu entrega y no hay justificación -ninguna- para aceptar las lógicas convenidas, misóginas de este personaje que no comparte tu forma de pensar y actuar y bajo una aparente preocupación solicita tu desafuero. Tiempos medievales decía a un ´principio donde los raciocinios atávicos necios y rancios se oponen al cambio., sin importar más que sus intereses mezquinos.
Sonora es inmensamente importante porque se ha opuesto a consignas históricas fundamentales para la vida nacional de ahí que el capricho de este personaje para inhabilitarte, seguro es leído como un acto desesperado que no considerarán de importancia. Eres un gran ser humano una excelente escritora y fundamental poeta que se responsabilizó por promover la cultura de su Estado y que antepone lo que sea por cumplir con el compromiso contraído. Qué más quieren.
Amiga querida, este episodio inconcebible, además de ridículo, es el fruto de aquellos que siguen pensando que el pasado fue mejor porque pudieron saquear al país y que hoy las cosas han cambiado y optan por lo inverosímil para descalificar. Tu figura es mucho mas grande que lo que ellos imaginan. Estamos siempre contigo.
Roberto Rosique (Tijuana, B.C.)
(Tijuana, B. C.)
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