VOTAR O NO
VOTAR: RECONOCER AL CORRUPTO ES LA CONSIGNA
Hoy es un día
soleado, con ventisca, pero caluroso en Tijuana, las redes sociales activas a
todo lo que dan, saludan, felicitan, denostan, agradecen, cuestiona, hasta
bendicen, algunos con entera convicción, otros porque no hay más que hacer y
otros más, con insidia gesticulan verdades a medias que surten efecto en mentes
lábiles y cumplen intenciones; ese es el poder de estos medios de comunicación pero
que esta en nosotros decidir de la mano de quien transitar.
La consulta
ciudadana es un acto democrático y el voto es un derecho inalienable, ambas
acciones, que son una, no se ejercen como acto de fe, ni constricción moral
sino como compromiso cívico.
Tan mal
estuvo el pasado con los gobiernos corruptos, que lo perverso no fue el saqueo
o los asesinatos cometidos sino el hecho de enseñarnos a creer que es un acto
normal y convencernos que no hay nada mal en ello; aprendimos a vivir en la zozobra
de la inseguridad y la violencia y hoy consideramos inocentemente daños
colaterales.
Nos pusieron
el ejemplo que mentir es una condición natural y mas importante que actuar con
la verdad; acatamos sus desastres económicos, sus inmoralidades políticas y sus
fraudes electorales como realidades que aun siendo fango no nos conmueven y las
dejamos en el olvido con la cabeza gacha, en cuclillas y silenciosos.
Aprendimos a deleitarnos
con frases funestas como “Nadie rechaza un cañonazo de 50,000 pesos”, “Vivir
fuera del presupuesto es vivir en el error”, “El que no tranza no avanza”,
“Es preferible que lloren en tu casa a que lo hagan en la mía”, “En México
somos chingones”, “Viva México cabrones” y tantas lamentables
expresiones más de las que solo asoma el cinismo, y lo irónico de todo ello es
que repetirlas parece funcionar como catarsis.
Olvidamos y difamamos
con entera facilidad, juzgamos desde lógicas absurdas, condenamos con
argumentos insostenibles; refrendamos como verdad una mentira que de tanto repetirla
la convertimos en cierta y actuamos negligentemente porque así se actuó en el
pasado y nos reconfortamos porque sobrevivimos. ¡Si que es ironía!
Hoy celebramos
triunfos banales de deportistas que ganan más que un maestro, que son
vitoreados como héroes en los medios masivos de comunicación para ocultar otras
verdades necesarias de ventilar y coreamos esos triunfos que no son más que su
responsabilidad pues se formaron y entrenaron para ello y se les pagó para ello;
celebraciones que apenas se hicieron a todo aquel que expuso y expone su vida
contra la pandemia pese al desdén social y a la inconsciencia de no hacer nada
para evitar su propagación.
Ejercer tu
derecho al voto es un acto cívico no patriotero como algunos quieren hacérnoslo
creer hablando de que es un gasto inútil, una perdida de tiempo porque no pasará
nada, divulgando tristemente sus verdades a medias, descalificando todo lo que
ayude a exigir veracidad y a castigar culpables.
Aprendimos a
olvidar no como acto conciliatorio sino como consigna de aquellos que nos
hicieron vivir un pasado infausto y no quieren ser juzgados; por ello la consulta
ciudadana tiene sentido y votar para juzgar a los corruptos son acciones
civiles, indispensables si es que no queremos repetir los mis errores del pasado,
es un acto de valentía porque buscamos validar un derecho que debe invitar a diputados y senadores a proponer leyes anticorrupción,
anti impunidad, a sancionar con el peso de toda la ley a quien incurra en
violaciones;
Ejerzamos nuestros
derechos como bien nos venga en gana y dejemos que otros lo ejerzan sin
entrometernos en sus decisiones, pero no desaprovechemos la oportunidad de
actuar con etica y justicia.