Collage: La mente analitica de Roberto Rosique
4. La experiencia valida e invalida la percepción.
La complejidad de la premisa intento explicármela a través de las aportaciones de otros autores (aunque no sé en realidad si estoy en lo correcto). Veamos: Si la percepción, según Matlin y Foley (1996) incluye la interpretación de las sensaciones, dándoles significado y organización. Y para Feldman (1999) la percepción implica, no sólo la actividad de nuestros órganos sensoriales, sino de nuestro cerebro. La percepción, por ende, es darle sentido a las sensaciones y es la habilidad del cerebro para procesar e interpretar la información del ambiente; diríamos entonces que tanto la herencia como el ambiente-aprendizaje juegan un rol determinantes en la forma en cómo percibimos. Ante estos conocimientos podría decir que la experiencia valida la percepción
Pero en el caso de otras formas de percepción como la extrasensorial, que no requieren de los sentidos ordinarios y que no son explicables a través de de los mecanismos físicos o biológicos conocidos, tal sería el caso del conocimiento anticipado de la ocurrencia de un hecho en el futuro (precognición), o las visiones de cosas ocultas o lejanas en el espacio que no estimulan directamente nuestros sentidos (clarividencia), etc., la experiencia invalida la percepción.
O tal vez, no sé si sería pertinente explicarme este hecho (La experiencia valida e invalida la percepción) a través de la comprensión de la fisiológica neuronal, partiendo del entendido que las aferencias sensoriales nos dan un análisis detallado de la información, esta nueva información la integramos con el conocimiento almacenado (no necesariamente la experiencia pasada debe ser igual a la percepción actual); el conocimiento de la experiencia pasada nos permite considerar el sentido de la información de las aferencias sensoriales cambiantes que ingresan al encéfalo, por lo cual la misma aferencia de información puede percibirse de formas diferentes bajo la influencia del conocimiento almacenado y el ambiente.
La complejidad de la premisa intento explicármela a través de las aportaciones de otros autores (aunque no sé en realidad si estoy en lo correcto). Veamos: Si la percepción, según Matlin y Foley (1996) incluye la interpretación de las sensaciones, dándoles significado y organización. Y para Feldman (1999) la percepción implica, no sólo la actividad de nuestros órganos sensoriales, sino de nuestro cerebro. La percepción, por ende, es darle sentido a las sensaciones y es la habilidad del cerebro para procesar e interpretar la información del ambiente; diríamos entonces que tanto la herencia como el ambiente-aprendizaje juegan un rol determinantes en la forma en cómo percibimos. Ante estos conocimientos podría decir que la experiencia valida la percepción
Pero en el caso de otras formas de percepción como la extrasensorial, que no requieren de los sentidos ordinarios y que no son explicables a través de de los mecanismos físicos o biológicos conocidos, tal sería el caso del conocimiento anticipado de la ocurrencia de un hecho en el futuro (precognición), o las visiones de cosas ocultas o lejanas en el espacio que no estimulan directamente nuestros sentidos (clarividencia), etc., la experiencia invalida la percepción.
O tal vez, no sé si sería pertinente explicarme este hecho (La experiencia valida e invalida la percepción) a través de la comprensión de la fisiológica neuronal, partiendo del entendido que las aferencias sensoriales nos dan un análisis detallado de la información, esta nueva información la integramos con el conocimiento almacenado (no necesariamente la experiencia pasada debe ser igual a la percepción actual); el conocimiento de la experiencia pasada nos permite considerar el sentido de la información de las aferencias sensoriales cambiantes que ingresan al encéfalo, por lo cual la misma aferencia de información puede percibirse de formas diferentes bajo la influencia del conocimiento almacenado y el ambiente.